EDUCACIÓN MUSICAL EN PRIMARIA
“Entendemos por educación musical el hecho de que ésta es, por naturaleza, humana en esencia y sirve, pues, para despertar y desarrollar las facultades humanas. Porque (…) la música no está fuera del hombre, sino en el hombre”.
Willems
Debemos acabar con el tópico de que la educación musical en un niño de primaria se reduce al solfeo y a tocar la flauta. Una simple mirada al currículo oficial de Educación Primaria de cualquiera de las Comunidades Autónomas nos abre un inmenso abanico de objetivos y contenidos que actualmente se pretenden conseguir con la asignatura de música en el aula.
La música se asemeja a otras artes, en cuanto a que es forma de expresión, representación y comunicación. Por lo que, con ella, aspiraremos a educar al alumnado en la observación, el análisis y la apreciación de las realidades sonoras, en particular la realidad musical producida tanto por instrumentos como por la propia voz humana. El niño ha de participar en actividades musicales, iniciándole en la música como fuente de experiencia gozosa.
Mediante la experiencia musical se desarrollará la percepción activa del alumno, la escucha atenta, la expresión y elaboración musical, y una sensibilización ante el mundo sonoro.
En la educación primaria hay que comenzar por ofrecer al alumnado la posibilidad de identificar, discriminar y analizar los sonidos del entorno, familiarizándose con ellos. Este progreso de selección, descripción y apreciación de sonidos permitirá al alumno, escuchar música con atención, comprendiéndola y disfrutándola.
Respecto a la expresión, producción o elaboración musical, la enseñanza y aprendizaje se realizan a través de tres medios diferentes que son, la voz y el canto, los instrumentos, y el movimiento y la danza. La voz es el instrumento comunicativo y expresivo por excelencia, los alumnos de primaria han de conocer canciones que les aporten variedad expresiva. La práctica instrumental favorece el desarrollo integrado de capacidades muy variadas, desarrollando simultáneamente destrezas motrices y capacidades auditivas. El movimiento rítmico y la danza integran la expresión corporal con los elementos musicales.
La educación musical prepara al alumnado como intérprete, como auditor y receptor de música, como realizador expresivo y creativo, y como conocedor de los rudimentos de la técnica y del lenguaje musical. Y además trabaja los principios psicopedagógicos, favoreciendo la autonomía personal del alumno como sujeto activo de la educación, la desinhibición, la autoestima y confianza, la capacidad de análisis e investigación, la capacidad creativa e imaginación. Todo trabajo desarrollado en la educación musical ha de trabajar el aspecto lúdico para que los niños además de aprender disfruten de ello. En definitiva, para que aprendan a amar la música.
Desde aquí iré proporcionando diferentes materiales y recursos para explotar las posibilidades educativas que la música ofrece.